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Arte asiático, parte VII: manifestaciones japonesas de arte.
Artículos | 04 MAY 2023 Por Valeria Correa

En entregas anteriores compartimos sobre los períodos que atravesó Japón de forma cronológica y como fueron surgiendo ciertas manifestaciones artísticas en estos, mencionamos el Yamato-e y el Ukiyo-e de forma algo superficial, sin embargo, no fue suficiente, por lo que preparamos este tercer artículo específicamente para hablar sobre las manifestaciones artísticas niponas centrándonos en lo que representan y no en su temporalidad.

Yamato-e

La pintura Yamato-e no surgió como una manifestación completamente japonesa, como lo fue la cerámica Joumon. Japón ya tenía influencias de China y estas llegaron al arte, de tal forma surge este estilo de pintura con influencias del arte de la dinastía Tang.

Para los japoneses era importante representar temas nacionales, por lo que en el Yamato-e se puede apreciar temas literarios y paisajes japoneses. Las pinturas literarias solían estar acompañadas de textos narrativos, mientras que las pinturas de paisajes se dividieron en dos tipos: Meisho-e, que representa lugares famosos o importantes; y Shiki-e, hechas para apreciar la belleza y las diferencias del paisaje en cada estación del año.

Entre las principales características del Yamato-e podemos mencionar que solía utilizar los colores en tonalidades fuertes, no era simbólico, pero tampoco era naturalista. Es decir, buscaba representar la naturaleza, pero si resaltaba su belleza y esto se marcaba en la pincelada fluida y delicada que utilizaban.

Ukiyo-e

Como ya sabemos, el nombre del Ukiyo-e significa “imágenes del mundo flotante” y no habla literalmente de ello, sino que se refiere a la belleza de lo efímero y fugaz.

El Ukiyo-e es exclusivamente grabado, aunque durante su proceso de creación inicia con una pintura que dicta el producto final. Al principio el único color con el que se imprimían las tablas de grabado era el negro de la tinta que usaban, pero – obviamente – los japoneses debían llevar la técnica de impresión al siguiente nivel, ya que sí solían agregar más colores a los grabados, solo que esos los añadían de forma manual pintando sobre el grabado.

La técnica con la que evolucionó el Ukiyo-e se denomina Nishiki-e y consta de crear una placa con patrones tallados diferentes para cada color que se quiera utilizar en el diseño, hasta consolidar una sola imagen policromática.

Entre los temas que se representaban en el grabado se encuentran el paisajismo y escenas de carácter citadino, costumbrista, teatrales, mitológicas y de género.

Escuela Rinpa

No suele hablarse mucho de la Escuela Rinpa, sin embargo, sus aportes al arte son bastante importantes y faciles de identificar en la cultura japonesa.

Los japoneses no solo pensaban en la pintura, los pergaminos y la cerámica como formas de decoración. Hubo artículos más cotidianos que se encargaron de estilizar y volver valiosos. La escuela Rinpa surge de un taller de artesano que tuvo un gran apoyo por parte de comerciantes adinerados y los impulsó a popularizar estos objetos estilizados con pinturas.

Entre los objetos que trabajaba la escuela Rinpa, se encuentran biombos, pergaminos, cerámicas, kimonos, abanicos y papel que utilizaban para puertas y paredes corredizas.

Con el tiempo algunos artistas artesanos sumaron sus propias aportaciones que marcaron el estilo Rinpa, como Ogata Kourin, quien con su representación abstracta de la naturaleza creó una característica que los separaba de cualquier otra escuela o estilo de pintura.

Nihonga y Youga

Estos dos estilo surgen como consecuencia de la occidentalización que experimentó Japón durante la era Meiji, uno fue la adaptación al cambio y el otro fue la resistencia.

Nihonga significa “pintura de estilo japonés”, fue una forma de resistir la occidentalización y conservar lo tradicional para impedir su desaparición. Por lo tanto, se basa en estilo y técnicas tradicionales de la pintura japonesa. Esto también condiciona sus materiales, puesto que si la pintura es monocromática, se utiliza la tinta Sumi, y esta es policromática los pigmentos se obtienen de ingredientes naturales como los minerales, las conchas, etcétera.

Por otro lado, el Youga abarca más técnicas por su carácter occidental. Consta de pinturas al óleo, acuarelas, pasteles y dibujos de artistas japoneses, pero su estilo es completamente occidental.

Shoudou

No es un secreto lo disciplinados y solemnes que son los japoneses para realizar prácticamente cualquier cosa y la caligrafía no es una excepción. Desde los pinceles, la tinta y el papel, cada aspecto que compone y hace posible la caligrafía se realiza bajo un estricto orden. Es precisamente esta gran dedicación lo que vuelve de la caligrafía un arte.

Esta disciplina se relacionó con otras artes y se le considera un arte por sí misma. La caligrafía formó parte de la decoración de diversos entornos, esto mediante de los pergaminos que se colgaban en paredes. El contenido de esta solía variar; por ejemplo, cuando se aplicaba en la pintura, podía tratarse de proverbios o fragmentos de obras literarias con las que se relaciona la obra en cuestión; por otra parte, también podía cambiar de estilo al conjugarse con la poesía.

Los estilos en el shodou varían según su utilidad e incluso el nivel que tenga el artista. Por ejemplo, el estilo más sencillo es el Kaisho, se le considera el estándar y es con el que se aprende a escribir al iniciarse en este arte. El Gyosho es más informal y parecido a la cursiva, permite trabajarlo más rápido, pero es relativamente fácil de leer aunque su ritmo sea fluido entre caracteres. Finalmente, uno de los más difíciles tanto de dominar como de leer es el Sousho, la gran libertad que ofrece en el trazo no lo hace menos exigente como disciplina y estéticamente puede ser uno de los más representativos del Shodou.

Choujuu Giga

Los emakis conocidos como Choujuu Giga (trad. “Caricaturas de animales antropomorfos”), estos constan en 4 rollos con pinturas de animales realizando actividades humanas. Es considerado el primer manga de Japón.

El primer par de rollos fue realizado durante el siglo XII por monjes en el Kouzan-ji de Kyoto, mientras que el tercer y cuarto rollo fueron hechos hasta el siglo XIII. Sin embargo, estos dibujos no cobraron relevancia hasta el siglo XVIII.

Hyakki Yakko

Uno de los temas recurrentes dentro de la pintura folclórica japonesa es el Hyakki Yakkou (trad. “Desfile nocturno de los cien demonios”) las representaciones mas antiguas de esta leyenda datan del período Muromachi. La leyenda consta de que el youkai (trad. Monstruo, espíritu, demonio) Nurarihyon conducirá a los demonios de Japón por las calles del país durante el verano en un animado y ruidoso desfile. Los humanos que se sientan atraídos por este corren un gran peligro ya que cualquiera que se encuentre con la procesión, morirá al instante.

Las reglas y el respeto que infunden las leyendas de los japoneses a lo místico y al más allá se ven reflejados en los distintos rumores alrededor del Hyakki Yakko. La cantidad de monstruos y espíritus que se representan como parte del desfile también dependen del artista o de la fuente literaria que haya utilizado como base de su obra. La apariencia de estos seres puede surgir de las descripciones en textos como bestiarios y cuentos o bien, de la imaginación del artista.

Sintoísmo

Uno de los símbolos más distintivos y memorables del sintoísmo probablemente son las Puertas Torii. Existen muchas teorías sobre su origen y propósito, así como de sus posibles influencias, ya que se han visto construcciones parecidas en la cultura china, coreana e india.

Entra las teorías más aceptadas sobre su utilidad explica que estas se encuentran en los puntos que delimitan el comienzo de un espacio sagrado, por lo que algunas se pueden encontrar en templos budistas y sintoístas indiscriminadamente. Aunque, algunas leyendas también indican que en realidad marcan la entrada o salida que separan nuestro mundo con lo sobrenatural.

Por otra parte, la escultura sintoísta también tiene sus representaciones emblemáticas, como los guardianes en las puertas de los templos, las estatuas Jizo y principalmente, las estatuas Inari.

Al ser representativas, cada tipo de estatua tiene una función de acuerdo al ser o leyenda que es. Por ejemplo, los guardianes de templos tienen propiedades y poderes, algunos vienen con objetos que indican si manejan los relámpagos, el viento, la tierra, entre otros.

Las estatuas Jizo cuentan con muchas leyendas, sin embargo, su función principal es la de proteger a niños y viajeros en el camino, aunque también se cuenta que nunca debes de faltarles al respeto, porque pueden ser muy rencorosos.

Finalmente, las estatuas Inari. Existen más tipos de estatuas que obedecen diferentes funciones y deidades en el sintoísmo, sin embargo, hemos decidido compartir sobre las estatuas Inari en este artículo porque son representaciones de uno de los dioses más populares e importantes en esta religión. Inari es el dios de la fertilidad, la agricultura, el arroz, la industria, el éxito y – no podía faltar – los zorros. Estos son el animal espiritual que representan a la deidad y por eso se encuentran esculturas de zorros en las entradas de sus templos. Los zorros también tienen la función de ser mensajeros, así que las estatuas de estos varían entre guardianes con dagas en sus hocicos o mensajeros con pergaminos.

El sintoísmo es demasiado complejo y no podríamos explicarlo todo en un solo artículo, así como el resto de manifestaciones artísticas de Japón, sin embargo, esperamos hayan disfrutado de esta muestra general de algunas de ellas. 

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