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Ilustrar el dolor en tiempos de fiebre, poetizar la anatomía: Varo para Bayer
Internacional | 27 JUN 2025 Por Ximena Cosio

A inicios del siglo XX, París detona con el hambre de reinventar el arte, volviéndose el epicentro cultural y artístico que atraía poetas, pintores, cineastas y artistas, dando paso a nuevas formas de expresión artística: el cubismo fragmentaba la realidad, el surrealismo abría pasadizos al subconsciente y el fauvismo incendiaba el lienzo de colores. Dichas corrientes eran vistas por muchos como provocaciones o burlas al arte clásico. París se convirtió en un rincón de efervescencia creativa, un imán de poetas,un lugar que albergaba a mentes creativas disidentes, entre ellas a María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, mejor conocida como Remedios Varo, pintora surrealista nacida en Anglés, Cataluña, España en 1908. 


Sin embargo, el devenir histórico no tardó en cerrarle las puertas. Tras la Guerra Civil Española, volver a su país natal no le fue posible. Ya en el exilio francés, Varo se enfrentó a una nueva amenaza: la ideología nazi en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el régimen Vichy y el contexto hostil de la ocupación nazi, donde judíos, comunistas, extranjeros, republicanos españoles y artistas vanguardistas eran perseguidos por protección al regimen, todos considerados ¨elementos indeseables¨. 


Fue durante este periodo que Varo sostuvo una intensa relación amorosa con el poeta surrealista político Benjamin Péret, figura destacada del movimiento opositor al fascismo europeo, sospechoso para el régimen Vichy de Philippe Petáin, un gobierno titere encargado de proteger la ideología nazi en Francia. Su relación amorosa, sumada a su condición de artista republicana con inclinaciones antifascistas, hizo que Varo se convirtiera rápidamente en un blanco de sospecha para el régimen. Péret y Varo fueron arrestados por las autoridades francesas: Péret fue encarcelado en un campo de internamiento, mientras que Remedios Varo fue obligada a vivir en la clandestinidad.

Con la ayuda del Comité de Rescate de Emergencia, operado por el periodista estadounidense Varian Fry —quien dirigía una red secreta de rescate de artistas e intelectuales perseguidos en la Europa ocupada—, Péret fue liberado.

México, bajo el gobierno de Lázaro Cardenas, abrió sus puertas para recibir a refugiados republicanos y otros perseguidos políticos provenientes de Europa, víctimas del fascismo. En 1941, Remedios Varo y Benjamin Péret, bajo un golpe de suerte, contactos políticos, documentos falsos y ayuda internacional, logran escapar en barco desde Marsella para cruzar el atlántico y llegar a México.

Los primeros años en México estuvieron marcados por la precariedad laboral. Varo, estando pluriempleada, sin reconocimiento como artista y con pocos recursos económicos, comienza a trabajar como ilustradora publicitaria en laboratorios farmacéuticos, entre ellos la farmacéutica alemana Bayer. Ahí, Remedios Varo se dedicaba a ilustrar folletos médicos, dibujos detallados del sistema digestivo, la circulación sanguínea, entre otros. Estas obras al ser ilustraciones por encargo, no fueron firmadas por la artista, con el tiempo la técnica, estilo y trazos se han atribuido a obras de Varo. 


A partir de 1947, Remedios Varo comenzó a recibir encargos de índole publicitaria, elaborando carteles para la farmacéutica Bayer, estas obras fueron firmadas con el apellido materno, Uranga. Esta decisión fue tomada para diferenciar sus trabajos comerciales de sus obras artísticas más personales e íntimas.

A través de su estilo surrealista, Varo logra transmutar la ciencia en imágenes cargadas de emoción, en símbolos de la fragilidad humana, y en narrativas visuales que van más allá de lo explicativo para tocar fibras existenciales. En estas obras médicas de corte publicitario, su trazo no fue domesticado por el rigor científico, sino liberado por su impulso poético y su visión crítica del cuerpo, convirtiendo el dolor en una metáfora visual de la enfermedad y la naturaleza. La artista no representa el cuerpo como máquina fallida, sino como paisaje interior donde se manifiestan tormentas biológicas, angustias del día a día y formas primitivas de miedo.


El trabajo de Remedios Varo para Bayer es un testimonio de cómo el arte, incluso bajo encargo y en contextos de necesidad económica, puede expandir los límites de lo visible y lo decible. Una exploradora del cuerpo desde el pincel, la metáfora y la ciencia.

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