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Colección Zaks, una estafa que infectó el mundo del arte
Artículos | 22 ABR 2024 Por Valeria Correa

Desde ventas altísimas a través de galerías, hasta apariciones en películas ganadoras del premio Oscar, las obras que salieron de la Colección Zaks – nombrada así por el apellido del dueño original – han sido retiradas de las paredes de museos y de artículos de internet debido a una increíble investigación realizada por la BBC.

Las sospechas de un pequeño grupo de especialistas e historiadores llevaron al equipo de la BBC a investigar los orígenes de la colección rusa cuyas obras habían sido vendidas por altas cifras y llegado a catálogos de arte a través de nombres falsos de especialistas que supuestamente reconocieron la autenticidad de la colección. Algunas llegaron a colecciones privadas y otras a museos importante, lo cual afecta gravemente al mundo del arte.

La colección estaba conformada por unos 200 lienzos aproximadamente que reunían a los mejores artistas del arte moderno ruso y las vanguardias, nombres como Kazimir Malevich, Alexandra Exter, Vladimir Tatlin, Alexander Rodchenko, Ivan Kliun, entre otros.

Según la historia que dio el dueño original de la colección, Leonid Zaks, esta colección se formó a partir de las obras que su abuelo compró a principios del siglo XX. Después, su hija Anna obtuvo varios lienzos como regalo de los campesinos bielorrusos, soldados y sus familias que atendió como médica militar durante la Segunda Guerra Mundial. Más adelante, para mediados de los años 50s, Moses Zaks, hermano de Anna compró docenas de obras de artistas soviéticos y exportó toda la colección a Europa. Esta permaneció prácticamente escondida hasta que Leonid Zaks, sobrino de Moses heredó la colección en 1990.

Esta historia fue presentada por Leonid Zaks en una carta al Museo Nacional de Historia y Cultura de Bielorrusia, sin embargo, la historia tenía muchas contradicciones y errores que fueron levantando sospechas. Además de que evitaba Zaks evitaba de forma muy obvia el Museo Nacional de Arte de Bielorrusia.

Tras el inicio de investigaciones se encontró el supuesto reconocimiento de autenticidad por parte de una agente llamada “N. Selezneva” del Museo Ruso de San Petersburgo. Sin embargo, no se encontraron registros de que una persona con ese nombre haya trabajado en dicho museo. Después de dicho descubrimiento, las obras dejaron de exponerse en galerías y hasta se eliminó su artículo de Wikipedia. Sin embargo, seguían circulando las obras en otras galerías, incluso cambió el país en el que movía sus obras, apuntando a Suiza, entonces coleccionistas privados compraban obras de esta colección sin saber que ninguna obra era autentica.

Al entrar estas obras en el circuito del arte, fueron contaminando poco a poco diferentes esferas de este, desde el mercado hasta la historia. Los coleccionistas que pensaron que compraron patrimonio cultural de alto valor, el prestigio de las casas de subastas y los especialistas cuyos nombres fueron utilizados sin su consentimiento, así como la historia del arte soviético moderno. Se creía que la Colección Zaks representaba valiosas adiciones a la historia del arte, sin embargo, al destaparse las mentiras sobre la autenticidad de las obras, el daño fue lo único que quedó.

El equipo de investigación de la BBC dio seguimiento a varias partes involucradas en la serie de daños que realizó el paso de la Colección Zaks por el circuito del arte, llegando a contactar al mismo Leonid Zaks. Según el artículo de la BBC, el coleccionista se mostró esquivo durante la entrevista, declarando que no tenía responsabilidad sobre la venta de las obras, repetía “Yo no vendí nada”. Sostenía su historia de que las obras fueron adquiridas o llegaron a su familia en tiempos de guerra por lo que era obvio que fuese difícil tener verdaderos recibos o pruebas legítimas.

Finalmente, se le preguntó si consideraba que les debía una disculpa a los coleccionistas estafados y respondió que no se puede disculpar, solo empatizar con ellos, mantuvo su postura sobre no disculparse y dijo que nunca vio sumas siquiera cercanas a las cifras por las que le mencionaron que se habían vendido sus obras en Suiza.

Independiente de la naturaleza ética y moral detrás de la participación de Zaks en toda esta historia, es un hecho que esta no es la primera ni la última vez que las falsificaciones dañan registros históricos y el valor del nombre de ciertos artistas, movimientos, así como el prestigio de casas de subastas y galerías. Especialistas consultados por la BBC durante la investigación de esta historia declaran que es preocupante cómo las falsificaciones pueden entrar fácilmente a las colecciones de museos, libros de texto y con ello crecen las nuevas generaciones de historiadores del arte.

Ciertamente es preocupante cómo el legado de artistas y la legitimidad de las instituciones decae por estos actos. Esta vez, se afectó principalmente la historia de artistas soviéticos vanguardistas, pero eso no significa que el resto de los periodos artísticos estén libres de tal amenaza. Incluso si no podemos evitar que sigan apareciendo personajes que busquen enriquecerse egoístamente a costa del legado artístico y cultural de la humanidad, es una batalla que tiene que librarse, aunque no se vea el final del camino.


Fuente: BBC

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