Después de una larga lucha contra el cáncer, el escultor italiano, Antonio Di Modica falleció a sus 80 años el pasado viernes 19 de febrero en su hogar en Sicilia, Italia. Di Modica podrá no ser conocido por su nombre, pero su obra maestra, el “Toro Embistiendo (1989)” (de su nombre en inglés, "Charging Bull") o “Toro de Wall Street" es identificable a nivel internacional en su ubicación en Bowling Green, uno de los parques más antiguos de Nueva York, circundado por los famosos rascacielos de la gran capital de la economía y del arte.
Jacob Harmer, director de Geist Modern Contemporary, una agencia británica de compraventa de arte que representó a Di Modica en 2012, recuenta que el artista siempre fue una persona muy ambiciosa, con ganas de trabajar y de abrirse paso en la comunidad cultural, incluso si era a través de medios ilegales o poco convencionales.
Mudándose en secreto a Florencia a sus 18 años, Di Modica estudió en la Academia de Bellas Artes y armó su propia fundidora de metal para trabajar sus esculturas. Pero después de una inundación en la ciudad que destruyó todo su trabajo, el joven artista decidió probar suerte en Estados Unidos. Sintiendo que su obra no estaba recibiendo el reconocimiento que buscaba, en 1977 Di Modica colocó durante la madrugada 8 de sus esculturas en el Rockefeller Center para que la gente las viera. Di Modica no fue arrestado por sus actos, pero se ganó una portada en The New York Post que lo ayudó a propulsar su carrera.
Pero no fue hasta que sucedió el Lunes Negro de 1987 que Di Modica se inspiró para trabajar en su obra más conocida. Presenciando en primera persona la caída de la bolsa de Nueva York y la recuperación de la economía de Estados Unidos, Antonio pensó en crear una escultura con la cual pudiera honrar al país que hizo crecer su carrera como artista. Con “Toro Embistiendo” Di Modica buscó representar la fuerza y la resiliencia de la comunidad americana en tiempos de adversidad.
Después de invertir 2 años de trabajo y $350,000 dólares, Di Modica utilizó el mismo método de 1977 para presentar su obra: una noche de diciembre colocó su obra de 3.5 toneladas frente al edificio de la Bolsa de Nueva York, debajo de un enorme árbol navideño, como si fuera un regalo para la ciudad. En esta ocasión la obra fue confiscada, y el artista tuvo que pagar $500 USD para recuperarla, pero su osadía fue nuevamente recompensada: el Departamento de Parques de Nueva York, con la autorización del entonces alcalde Ed Koch, le ofreció un espacio permanente para el toro en el Bowling Green, donde permanece hasta la fecha.
En 2017 el famoso toro volvió a ser centro de atención luego de que la firma financiera State Street Global Advisor comisionara a la artista Kristen Visbal la escultura de “Fearless Girl” que consistió en una niña en actitud valiente que sostiene la mirada del toro. Si bien la combinación de ambas obras fue muy bien recibida por la comunidad internacional como un símbolo del movimiento feminista, Di Modica mostró su inconformidad ante la propuesta, alegando que "Fearless Girl" cambiaba la interpretación de su toro, presentándolo en un rol de villano, alterando el mensaje de tributo que el artista hizo para el país. Eventualmente, "Fearless Girl" fue reubicada.
La escultura es hoy en día uno de los muchos símbolos que representan a Nueva York, su cultura y su gente. A través de los años ha sido tanto un punto turístico como un objeto de protestas, y a pesar de que se ha debatido que la obra sea reubicada para garantizar su seguridad, el escultor fue siempre firme con su intención de que permanezca en su actual ubicación. Después de todo, el Toro de Wall Street será siempre su legado para el país que admiró y creyó en él como artista.
Con información de Artnet News.