Hay monumentos y obras públicas que nos acompañan día a día, a veces convivimos con ellos o simplemente pasan desapercibidos, pero existen unos que tienen ciertas historias que valen la pena contar.
Cada monumento es diferente, desde su propósito, su entorno, la forma en la que se interactúa con este, entre otras características. El mantenimiento de estos a veces revela parte de la historia que comparten con nosotros.
Es por lo que les queremos compartir unas historias peculiares sobre la conservación de ciertos monumentos y espacios públicos cuyo mantenimiento significó o reveló aspectos interesantes de cada uno.
Puente de las Artes, París
París cuenta con sitios turísticos extremadamente famosos, como la Torre Eiffel. La conocida Capital del amor tuvo un lugar popular entre parejas de enamorados, donde se creó la tradición de jurarse amor eterno escribiendo sus nombres o iniciales en un candado y cerrando este unido al puente.
El romance y la magia tendrían que mudarse a otro lugar cuando en 2015, el gobierno de París decidió levantar el casi millón de candados que significaban un peso aproximado de 45 toneladas extra en el Puente de las Artes. Esto porque dichas piezas de acero ya representaban un daño y degradación del patrimonio, así como un riesgo para la seguridad pública, puesto que el gran peso que llegaron a alcanzar esas promesas de amor comprometió la estabilidad del puente.
El levantamiento de los candados fue solo el inició de una campaña para restaurar el puente e invitar a los turistas y demás visitantes a jurarse amor de formas alternativas que no comprometan el espacio público. Incluso, las rejas del puente serían reemplazados con obras de artistas y paneles de cristal para evitar que se vuelvan a colocar candados ahí.
Tumba de Oscar Wilde, París.
La tumba del famoso dramaturgo irlandés Oscar Wilde, quien vivió el éxito y el drama en Londres, para fallecer de forma solitaria en París, fue un lugar célebre para visitar en el cementerio Père-Lachaise, hasta que su mantenimiento creó ciertas polémicas entre los fanáticos del escritor.
En 2011 el único nieto de Oscar Wilde, Merlín Holland decidió limpiar la tumba de su abuelo para protegerla de la erosión y el desgaste que esta sufría debido al amor de sus admiradores, literalmente. El daño que había sufrido la tumba fue ocasionado por la enorme cantidad de marcas de labios realizados con lápiz labial. Así es, era muy común besar la tumba de Oscar Wilde y quienes lo hacían también solían escribir sus nombres con marcador en ella.
Merlín Holland tomó acción en la restauración y preservación de la estructura levantando unos paneles de vidrio que ahora protegen la escultura. En respuesta, algunas personas alegaron que el mismo Wilde debía de sentirse contento con dichas muestras de amor y que era un gran error haberlas borrado, pero no pudieron detener las muestras de amor de los entusiastas que siguen dejando marcas en los paneles y llenando la tumba de cartas de admiración y aprecio, tanto dentro como fuera de los límites que protegen la tumba.
Fontana di Trevi, Roma.
¿Alguna vez te has preguntado qué sucede con el dinero que se tira en las fuentes para pedir un deseo? Pues el italiano Roberto Cercelleta sabía exactamente, ya que mas de 800 euros terminaban en sus bolsillos después unos minutos sacando las moneditas que se tiraban a la Fuente de Trevi.
Desde 1968 hasta 2002, Cercelleta utilizaba cualquiera de los dos métodos que desarrolló para obtener las monedas en la fuente – como “barrer” el fondo de la fuente con un imán tirado por un hilo – y hacerse con una gran suma de dinero de la forma más sencilla posible.
Su afortunada actividad se volvería arriesgada e ilegal ya que en 1999 se implementó una ley que buscaba proteger los monumentos y prohibía revisar las fuentes. Cercelleta no estuvo de acuerdo y protestó, pero no tuvo un gran efecto su protesta y simplemente fue arrestado. El dinero que se recolecta de la fuente cada madrugada significa una suma anual de aproximadamente millón y medio de euros, el cual el Ayuntamiento de Roma destina a Cáritas, quienes se encargan de distribuirlo en obras de caridad que han otorgado bienes a comedores sociales, así como camas y abrigo para personas sin hogar.
Tower of London, Londres.
Por Torre de Londres no nos referimos al Big Ben , sino a un castillo ubicado cerca del Támesis. Rico en historia y cuentos de fantasmas, el castillo también cuenta con una leyenda que hasta la fecha es tomada como una severa profecía que no debe cumplirse a toda costa.
Dicha profecía obliga a los encargados de la torre a mantener cuervos viviendo en el edificio y estos no pueden dejar el lugar. Los cuervos son cuidados, alimentados y vigilados por una persona que recibe el puesto de Ravenmaster (Maestro Cuervo, o de los Cuervos).
Esto debido a que, según la leyenda, si la torre deja de ser hogar de estas aves, la torre caerá y con ella el reino entero. Ante tal profecía tan fatalista, nadie quiere arriesgarse, por lo que desde el reinado de Carlos II de Inglaterra entre los años 1660 y 1685, se mantienen a los cuervos en el castillo y que forman parte de las diversas características que vuelven atractiva la visita al castillo. Actualmente, siete cuervos son cuidados y custodiados por su Ravenmaster, cuidando así la estabilidad de todo el país desde la torre.
Los guardianes del Palacio de Invierno, San Petersburgo
El Hermitage es uno de los museos más importantes del mundo, ubicado en Rusia y conformado por seis edificios entres los que se encuentra el Palacio de Invierno, la antigua residencia de los Zares. En el sótano de este, se encuentran alrededor de 50 guardianes que llevan una vida posiblemente igual de cómoda, pero más relajada que los antiguos monarcas.
Estos guardianes son felinos, específicamente gatos domésticos. Así es, debajo del Hermitage se encuentran aproximadamente 50 gatos que llevan generaciones viviendo ahí.
En el siglo XVIII, el fundador de San Petersburgo, Pedro el Grande llevó el primer gato al palacio, pero fue su hija, la emperatriz Elizabeth, quien ordenó el ingreso de más gatos con el fin de que se encargaran de los ratones dentro del castillo. Más tarde Catalina la Grande les otorgaría el titulo de “Los guardianes de las galerías”.
Actualmente, los gatos ya no tienen la labor de cazar ratones y son atendidos por voluntarios que conforman parte del personal del Hermitage. Viven cómodamente, reciben alimentos, atención médica y cuidados que también son financiados por donaciones que van directamente a la cuenta bancaria de los felinos. Son considerados una parte importante de la historia tanto del museo Hermitage como de San Petersburgo, por lo que se les conserva y atiende como realeza.
Sabemos que posiblemente existan muchas otras historias de otros lugares, pero esperamos hayan disfrutado de esta pequeña lista de lugares y monumentos que tienen historias curiosas por compartir.