El día en que la catedral de Notre Dame en París fue consumida por las llamas, el arquitecto mexicano Alejandro Arredondo, quien llevaba dos años viviendo en la ciudad, compartió la tristeza de los franceses que vieron en directo la devastación de este emblemático templo. Sin saberlo en ese momento, su trabajo, junto al de muchas otras personas, contribuiría a que, apenas cinco años y medio después, la catedral reabriera sus puertas.
El sábado 7 de diciembre de 2024, a cinco años del devastador incendio que dañó gravemente la estructura de Notre Dame, el imponente monumento parisino abrió nuevamente sus puertas, gracias al esfuerzo colectivo de cientos de trabajadores dedicados a su reconstrucción. Entre ellos se encuentra Alejandro Arredondo, quien tuvo una participación crucial en este proyecto internacional.
En una entrevista reciente, Arredondo, originario de Coacalco, Estado de México, compartió su experiencia durante esos días cruciales. El 15 de abril de 2019, cuando las llamas arrasaban con la catedral, el arquitecto se encontraba trabajando en una firma en París, y, a pesar de su corta experiencia en Francia, fue seleccionado para liderar un equipo encargado de crear una maqueta digital de la iglesia.
Su equipo utilizó tecnologías avanzadas, como drones y escáneres 3D de alto rendimiento, para crear lo que Arredondo describió como una "nube de puntos", una representación digital extremadamente detallada de Notre Dame. Este modelo permitió reconstruir con precisión cada rincón de la catedral, incluyendo aquellos de difícil acceso, lo que fue fundamental para las obras de restauración.
El arquitecto, formado en la Universidad de Monterrey, señaló que uno de los mayores desafíos al trabajar en la reconstrucción en los primeros años fue la toxicidad que se derivó del plomo liberado durante el incendio. Esta situación representaba un riesgo significativo para la salud de quienes trabajaban en el sitio. No obstante, Arredondo y su equipo lograron sortear esos obstáculos con profesionalismo y dedicación.
El trabajo del arquitecto culminó en 2021, pero su participación en la reconstrucción continuó más allá de ese año. A pesar de que la catedral reabrió sus puertas al público en diciembre de 2024, las obras de restauración siguen en curso y se estima que la recuperación total del edificio, especialmente en sus exteriores, llevará varios años más.
Para Alejandro, esta oportunidad de contribuir en la restauración de uno de los monumentos más importantes del mundo fue única. "Fue una experiencia que se presenta solo una vez en la vida", afirmó, añadiendo que se sintió profundamente orgulloso de representar a México y a Latinoamérica en un proyecto de tal magnitud.
Además, destacó el esfuerzo colectivo de los trabajadores involucrados en la restauración, quienes, junto con el Gobierno de Francia, gestionaron un presupuesto de 700 millones de euros (aproximadamente 15 mil millones de pesos mexicanos) para la reparación de la catedral.
Así, el trabajo de Alejandro Arredondo y su equipo no solo ha contribuido a devolverle la vida a Notre Dame, sino que también ha marcado un hito en la cooperación internacional y la preservación del patrimonio histórico.