El trabajo en conjunto de antropólogos, arqueólogos e investigadores del INAH dio con una cueva perteneciente a un cenote en el que se hacían rituales. Trazos con pigmentos en las paredes de la cueva se presumen como arte rupestre.
Este cenote se identifica como uno utilizado para rituales debido a que se encontraron vasijas, esqueletos tanto humanos como de otros animales y otros vestigios en su interior.
La cueva cuenta con ilustraciones en la pared, los que se pueden identificar como formas geométricas, personajes realizando diversas acciones. Se especula que la presencia de estos trazos conforme parte de los diversos procedimientos que seguían los mayas al realizar un ritual.
Incluso, el momento de su hallazgo es bastante afortunado, ya que en estas fechas de equinoccio la luz entra de forma especial en la cueva, iluminando las pinturas y creando un juego de luz y sombra que le da aun más sentido al carácter ritualista del cenote, ya que como sabemos, el equinoccio y los cambios de estaciones siempre fueron muy importantes para los mayas y realizaban ceremonias con respecto a su llegada.
Actualmente, el nombre del cenote y su ubicación se mantienen sin revelarse al público para procurar la seguridad tanto de posibles visitantes como de los vestigios arqueológicos que se encuentran ahí. Mientras continúen los estudios y descubrimientos en este cenote, permanecerá sin declararse si se abrirá a turismo o si permanecerá como un objeto de estudio.
Fuente: Excelsior