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Comunidad decepcionada ante venta de un Banksy
Internacional | 05 MAR 2021 Por Redacción

Residentes de Nottingham sienten que han perdido algo que les traía felicidad y orgullo

El pasado 13 de octubre de 2020 apareció en la ciudad de Nottingham, Inglaterra, un grafiti de una niña jugando al “hula-hoop” con una llanta de bicicleta en la pared de ladrillos de un salón de belleza. En medio de una ola de contagios de covid-19 dentro de la comunidad, el pequeño grafiti causó mucha emoción entre los residentes de la ciudad, entusiasmados de saber que su ciudad había sido considerada por el famoso artista anónimo Banksy, quien reconoció la obra como suya en sus redes sociales.

La felicidad se vio cortada cuando 4 meses después, el 17 de febrero, la comunidad descubrió que su pequeño tesoro artístico había sido recortado, retirado y vendido durante las primeras horas de la madrugada, y en su lugar había un pedazo de cartón que ocultaba el hueco donde solía estar el grafiti.

El propietario del edificio había decidido vender la obra a un comerciante de arte.

La BBC realizó una serie de entrevistas entre los residentes de Nottingham para conocer su opinión sobre la venta del grafiti, de los cuales una importante mayoría mostraba su decepción y molestia ante la venta:

“Es totalmente despreciable; era arte destinado para la gente de Nottingham. No estaba pensado para estar en una galería, estaba pensado para estar en la calle, debió permanecer allí (...) Es capitalismo en todas sus formas” dijo Laura Rodgers, residente de 63 años.

“Esta (obra) había sido una inusual buena noticia en los meses recientes y nos ha sido arrebatada en medio de la noche (…) Es como una versión opuesta de Robin Hood, es robada de los pobres para ser entregada a los ricos” comentó Nigel King, residente de 55 años.

“Mi padre solía trabajar en la fábrica cercana de Raleigh (una marca de bicicletas). Ver la obra cerca de su lugar de trabajo me hacía sentir orgullosa por el (…) Pienso que, si la gente hubiera sabido que se la llevarían, habríamos hecho algo al respecto” comentó Rosa Kirlew, quien creció en la zona.


El comprador

John Brandler, comprador de la obra y comerciante de arte, declaró que pagó al propietario del edificio (quien ha permanecido en anonimato) una suma de 6 dígitos por la obra, y que desde entonces ha recibido una serie de correos de residentes de Nottingham mostrando su desprecio ante la compra.

“Yo lo estoy preservando (el grafiti) y restaurando por mis propios medios, ¿cuántas de las personas quejosas estaban dispuestas a poner dinero de sus bolsillos?” respondió Brandler en una entrevista para la BBC, señalando que la ciudad de Nottingham tuvo oportunidad de adquirir la obra, pero no lo hizo.

Esta no es la primera vez que John Brandler adquiere un grafiti de Banksy. En 2019, el propietario gales de un garaje con un grafiti de un niño que extiende los brazos junto a una fogata vendió la obra a Brandler después de verse abrumado por la cantidad de visitas que recibía y la enorme responsabilidad que tenía de protegerla.

La naturaleza del arte urbano

Los grafitis de Banksy, al igual que muchas otras formas de arte urbano y arte que es exhibido en la vía pública, están sujetos a múltiples factores imposibles de controlar. En este caso en particular, la obra ha sido retirada para un disfrute “privado”, que va en contra de su naturaleza de ser arte creado para la vía pública y que está atado al contexto de la comunidad donde fue colocada; en este caso, el grafiti está colocado cerca de la fábrica Raleigh, una fábrica de bicicletas, a la vez que el personaje de la obra usa una llanta de bicicleta para jugar al hula-hoop. La ubicación que le dió el artista no fue al azar y responde a la historia del barrio donde se encontraba.

Pero este podría no ser el peor destino que haya tenido la obra. Muchas piezas de Banksy han sido vandalizadas, robadas o incluso borradas por accidente, como el caso de uno de los ratones que fueron pintados en julio de 2020 en el metro de Londres, y que fue inocentemente borrado por un trabajador de intendencia.

Kyle MacLean, universitario de Nottingham, quien se encontraba decepcionado de perder la obra, tenía una perspectiva más amplia de los eventos:

“La naturaleza efímera de la obra de Banksy es lo que la hace emocionante (…) Es un riesgo permanente con su trabajo. Sus obras se pueden perder; no van a estar allí para siempre.”

Algunos días posteriores al retiro de la obra de Nottingham, una vez levantada una colecta de firmas para traer la obra de regreso, apareció una frase pintada sobre el cartón que sustituía la obra:

“Más personas visitaron la Mona Lisa después de que fue robada que cuando estaba aquí. Banksy”

Con información de BBC y Artnews.

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