El robo de arte es siempre una nota polémica para los medios; no solo es su valor como bien económico lo que frustra, sino que las propiedades culturales, aún cuando están en manos privadas, son percibidas como un objeto de la sociedad. Son creadas en su mayoría para el disfrute del público en general y su robo representa una pérdida para todos, no solo para los legítimos propietarios. Pero cuando hablamos de obras con valores que superan los millones de dólares, la idea de robarse una pieza podría ser tentadora.
Y aunque puede pensarse que el robo de arte es una decisión “inteligente” digna de historias de hollywood en las cuales los ladrones salen con millones de dólares valuados en un pedazo de tela pintado, lo cierto es que, muchas veces es una decisión tonta que difícilmente será redituable. Y una vez que los criminales caen en la cuenta de su error, se da en ocasiones un curioso fenómeno que no suele suceder con otro tipo de bienes valiosos: terminan por “devolver” la obra, como es el caso del auto abandonado que fue encontrado con obras de Van Gogh o el retrato de Klimt que apareció en la pared de un museo.
¿Qué casos han habido?
Los “efectos búmeran” en robo de arte no son cosa de todos los días, pero si han sido varios y cada uno ha tenido sus propias particularidades. Algunos de los más destacados que se pueden comentar son:
¿Por qué sucede?
Muchas veces este tipo de “devoluciones” se dan, primeramente, porque el robo de la obra de arte no era el objetivo principal. Quizás en el proceso de acceder a una caja fuerte, llevarse efectivo o tomar joyería de alto valor, al criminal le parece oportuno llevarse también una obra de arte con la posibilidad de venderla. También se atribuye a que esta actividad ilícita podría promoverse con las ideas erróneas que difunden algunas películas de Hollywood. Sin embargo, en el arte existen candados que impiden que una venta de arte robado sea igual o más redituable que venderla en el “mercado legal”, como son:
1. Autenticidad y procedencia
Para que una obra conserve su valor, es muy importante contar con certificados de su procedencia y de su autenticidad, los cuales solo pueden ser otorgados por el propio artista, o galerías, museos e institutos que hayan tenido algún contacto directo con el artista, o que cuenten con expertos en arte que puedan confirmar su valor al momento de su venta. Igualmente, si se vende a través de casas de subastas, éstas suelen llevar un registro de quién compró y quien vendió la obra. Cuando una obra es de procedencia dudosa (sin importar que haya sido robada o no) sus posibilidades de venta por una cantidad importante son reducidas.
2. Mercado limitado
Encontrar un comprador de arte robado es muy difícil. Los coleccionistas con mayor conocimiento del tema y disposición de comprar obra de alto valor, saben que una obra sin certificado y que no puede venderse ni exhibirse (por su cualidad ilegal) no les traerá ningún beneficio comercial. Las obras van incrementando su valor en conformidad al contacto que mantengan con el mercado del arte, por lo que comprar una obra que no pueda mostrarse a los medios será siempre una mala inversión.
¿Porqué deciden devolver el arte robado?
Trasladar obras de arte, conservarlas y venderlas siempre supone un reto aún en circunstancias normales debido a su volumen y fragilidad. A diferencia de otros bienes que pueden ser fácilmente ocultos o desarmados para su venta ilícita, el arte necesita conservarse en perfectas condiciones para poder venderse al mejor postor. Algunos expertos apuntan a que esto supone muchas complicaciones ya que, si una obra es objeto de un acto ilegal, guardarla y trasladarla para su venta sin ser detectada por la policía podría suponer muchos riesgos que algunos criminales no estarán dispuestos a aceptar.
Otros apuntan a que también podría tratarse de algo más sencillo como la culpa, como fue el caso de las familias, instituciones y museos alemanes que actualmente se encuentran en proceso de devolución de arte que fue robado de familias judías por los nazis durante la segunda guerra mundial.
De ser así… ¿Por qué ciertas obras no regresan?
La pregunta es válida: si es tan difícil vender arte de forma ilícita, ¿porqué continúa sucediendo? ¿Y porque no todas las obras robadas son devueltas? Éstas preguntas podrían tener demasiadas respuestas, algunas de las cuales podrían ser:
Por supuesto, uno no puede descartar que siempre habrán motivos inexplicables para este tipo de crímenes y que lamentablemente éstos van a continuar sucediendo. Pero si algunas obras han tardado más de 20 años en devolverse, o más de un siglo en ser encontradas, podemos determinar que vale la pena conservar la esperanza de que éstas serán recuperadas. Y si hay algo de lo que estamos seguros es que, en el mundo del arte, las historias con circunstancias extrañas quizás no sean la regla… pero tampoco son la excepción.
Con información de The Art Newspaper, LA Times y The New York Times.