El pasado 1 de septiembre, después de 30 años de prohibición, el Museo Reina Sofía finalmente permitirá que sus visitantes puedan fotografiar el Guernica.
Sin embargo, en España, y en muchos otros museos de arte alrededor del mundo la prohibición de fotografiar las obras es común. Por ejemplo, el Museo del Prado no permite que los visitantes tomen ninguna fotografía dentro de sus instalaciones, aun cuando no sea de las obras.
¿A qué se debe?Las motivaciones para prohibir las fotografías son variadas. La principal, es que el flash de las cámaras y celulares acelera la degradación de los pigmentos en las pinturas, haciendo que estas pierdan color.
Y aunque una fotografía ocasional puede ser inofensiva, cuando recibes cientos o miles de visitantes diarios que desean tomar una foto, esto se traduce en un verdadero riesgo.
Otra razón para prohibir las fotos son que la gente se suele demorar demasiado frente a una misma obra con tal de sacar la foto perfecta. Foto de la obra, selfies, fotos grupales, entre otras, producen una aglomeración frente a la obra que afectan la experiencia y disfrute de la obra.
También se encuentra el delicado tema de los derechos de autor. Las fotografías facilitan que algunas personas puedan explotar comercialmente las imágenes sin que el artista o propietario de la pieza reciba las ganancias o acreditaciones correspondientes.
Por otra parte, la prohibición de las fotografías también tiene algunas desventajas. Los visitantes pueden sentirse incómodos o decepcionados de poder tener una foto de recuerdo, afectando su experiencia en el museo. También se ha encontrado que las personas más jóvenes se motivan menos a visitar espacios con prohibiciones que afectan sus formas de comunicación digital. Además, mantener este tipo de prohibiciones es costoso ya que requiere de personal que esté constantemente vigilando a los visitantes para impedirles que tomen fotografías.
Por ejemplo, en Ciudad de México, museos como el INBAL cobran por el derecho para tomar fotografías, este es un pago a parte de la entrada y el derecho para poder tomar videos. En cada sala los guardias se aseguran que hayas pagado por estos derechos si te ven utilizando algún dispositivo para ello.
Por otro lado, la presencia de los guardias con atención específica a los visitantes tomando fotografías o videos es bastante importante y tiene sus ventajas, ya que suele suceder que mientras los visitantes fijan su atención en las pantallas de sus dispositivos para encontrar el mejor ángulo y encuadre, pierden la noción del espacio y se provocan accidentes con otros objetos de la exposición.
Desgraciadamente, a veces no importa si las obras están aseguradas, algunas sufren daños irreversibles. Sin embargo, es inevitable que queramos capturar digitalmente obras, exposiciones o momentos importantes para nosotros. Considerando esto, hay opciones que ha puesto en practica la curaduría para permitir al espectador tomar fotos y reducir las probabilidades de un accidente; como marcar en el piso puntos específicos para obtener la mejor distancia y vista o incluso, crear espacios específicos para tomarse fotografías significativas.