Frenada por la tríada de muralistas, Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y Clemente Orozco, a María Izquierdo le fue negada la realización de su mural en 1945; el pasado 8 de Marzo, un grupo de mujeres decidieron hacerlo realidad

María Izquierdo, artista mexicana, recibió en 1945 el encargo de realizar un mural al fresco en el Palacio de Gobierno del entonces Distrito Federal. Para entonces, Izquierdo ya era una mujer de amplia trayectoria artística: había sido la primera mujer mexicana en exponer en los Estados Unidos, estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y era columnista de Excélsior y la revista Hoy. Izquierdo trabajó arduamente en el boceto de su mural, y recaudó el material y personal necesario para llevar a cabo su obra, la cual consistiría en una escena de mujeres y hombres trabajando en la recolección y procesamiento del maíz; la idea de la obra respondía a la solicitud de que el mural mostrara la historia y progreso de la ciudad.

Sin embargo, Izquierdo no llegaría a ver su proyecto realizado, detenida por quiénes ella tachaba de ser el “monopolio agotador”: Diego Rivera, Alfaro Siqueiros y Clemente Orozco, entre otros artistas. Izquierdo ya había tenido diferencias con el grupo, denunciándolos de acaparar todos los murales del país, sin oportunidad para otros artistas de trayectoria como ella. La “tríada muralista”, detuvo la realización del mural de Izquierdo bajo el argumento de que la artista “no dominaba la técnica al fresco” y sugerían que su mural fuera realizado en un espacio de “menor importancia” como una escuela o un mercado. La constante insistencia de la tríada terminó por frustrar el proyecto, y María Izquierdo falleció en 1955 sin realizar su obra.

Este tipo de historias siguen sucediendo en el México actual, donde muchas mujeres tienen una desventaja competitiva en su profesión por el simple hecho de ser mujer. Pero el creciente sentimiento feminista ha llevado a que las nuevas generaciones luchen por una nueva realidad más justa para las mujeres. Este fue el caso de Dea López, egresada de la Licenciatura de Arte Contemporáneo de la Ibero Puebla, quien, al conocer la historia de María Izquierdo, decidió trabajar por una justicia retroactiva para la artista mexicana.

Dea, en coordinación con Cassandra Sumano (también estudiante de artes) y Diana Cuellar (curadora), convocaron a más de 110 mujeres, entre artistas y no artistas, para la realización del mural de María Izquierdo, esta ocasión, en el barrio de Jalatlaco en la ciudad de Oaxaca. El proceso de pintar la obra arrancó el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y para la realización de este se tomaron algunas licencias creativas que respondían a las necesidades y posibilidades actuales (sustituyeron la técnica del fresco por acrílicos) y a la filosofía e identidad del grupo (a las mujeres campesinas se les representó con textiles típicos de Oaxaca). De allí en fuera, el grupo procuró preservar en la mayor medida posible la idea y estilo original de María Izquierdo, siguiendo sus bocetos originales.

Durante la realización del mural, participaron mujeres de diferentes edades y perfiles que apoyaron de formas distintas en la creación de este; ya sea interviniendo directamente sobre el mural o a través de donativos de agua, alimentos, bloqueador, pintura o más, como una acción comunitaria en la que todas apoyaban de diferentes maneras. El mural fue finalizado el 10 de marzo, tiene un tamaño de 7 metros de ancho por 4 de alto y ha sido titulado como “El mural que debió ser”.

Con este mural se ha concedido finalmente un espacio para la obra de María Izquierdo, pero Dea López reconoce que la permanencia del mural está sujeto a la decisión de la propietaria del edificio, al desgaste del clima y el tiempo, y a otros factores externos. Es por ello que López, junto con Cassandra Sumano y la historiadora Mariana Zardain, se encuentran trabajando en la posibilidad de que el mural sea realizado en el lugar para el que originalmente fue pensado; uno de los muros de la escalinata del Palacio de Gobierno, que desde 1945 continúa sin ser pintado.

Por mientras, "El mural que debió ser" es un homenaje a la trayectoria artística de María Izquierdo, un testimonio de la capacidad y sororidad de las mujeres para luchar por una realidad más justa, y una invitación a reflexionar sobre la historia que conocemos (y desconocemos) de nuestro país.

Con información de El País, Ibero Puebla, Santa Cultura y NSS Oaxaca.