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Pintura y medicina: el acercamiento de dos disciplinas
Artículos | 28 MAR 2023 Por Valeria Correa

Podría parecer que estas disciplinas no tienen mucho en común, sin embargo, el arte es altamente multidisciplinario y su relación con cualquier materia es prácticamente segura. De una forma u otra, el arte de la pintura se ha visto influenciado o ha retratado diversos oficios, profesiones y materias.

La medicina no es una excepción y su relación con la pintura va más allá de la mera representación, ya que se han favorecido entre sí mediante el estudio del cuerpo humano y el registro histórico de epidemias, enfermedades, procedimientos, entre otras formas.

Uno de los mejores ejemplos de cómo el arte se benefició de estudiar el cuerpo humano, lo podemos apreciar en los estudios de anatomía que realizó Leonardo da Vinci (1452-1519). Estos iban más allá de cualquier boceto realizado como ejercicio del cuerpo humano, ya que no se enfocó en proporciones o siluetas, sino en la estructura interna del cuerpo humano.

Leonardo estudió y dibujó con asombrosa precisión los huesos, tendones, músculos y órganos en una época en la que las ilustraciones sobre anatomía no aportaban mucho a la materia, por lo que sus dibujos significaron un gran avance y aporte a la ciencia.

Con el tiempo, la necesidad de estudiar el cuerpo humano a través de autopsias fue reconocida por los médicos y sus gremios, sin embargo, no era sencillo realizar estos ejercicios, ya que “profanar” un cadáver humano para su estudio fue un tema polémico por muchos siglos.

En el siglo XVII, a Rembrandt le encargaron realizar una pintura que inmortalizara una de las lecciones del anatomista Nicolaes Tulp. Este era el único anatomista en la ciudad y solo accedía a realizar una disección pública al año y el cuerpo debía de ser de un criminal ejecutado en invierno, esto último, para procurar su lenta descomposición.

Tal suceso era importante para los estudiosos de la salud de ese entonces y qué mejor forma de grabarlo en la historia que a través del arte.

Otros artistas han admirado de forma genuina la labor de los médicos, uno de ellos fue Goya, quien quedó muy agradecido con el doctor Arrieta después de que este hiciera de todo para salvarle la vida.

Para finales del año 1819, el pintor español Francisco de Goya cayó gravemente enfermo con lo que se sospecha fue un caso agudo de Tifus, el artista ya estaba algo avanzado en edad y casi deja este mundo de forma temprana a sus 73 años, sin embargo, su amigo el doctor Eugenio García Arrieta se quedó a su lado y lo atendió hasta sacarlo de su estado casi agonizante.

Goya quedó eternamente conmovido y agradecido con el compromiso de su amigo, de tal forma que ni le importó retratarse a sí mismo en un crudo estado de enfermedad y decadencia en su pintura. Sin embargo, el doctor Arrieta permanece a su lado dándole medicina, dandole apoyo al artista con su propio cuerpo, completamente comprometido a salvarle la vida.

Esta pintura Goya la realizó en 1820 poco después de recuperarse, cuando tuvo las fuerzas suficientes para volver a trabajar, lo primero que hizo fue homenajear la dedicación de Arrieta.

Así como el doctor Arrieta, años más tarde otro médico sería conmemorado a través del encargo de una pintura. En este caso, el artista fue Thomas Eakins, a quien le encargaron realizar una pintura sobre la última cirugía que realizó el doctor David Hayes Agnew. Este cirujano y anatomista fue un maestro muy estimado en la Universidad de Pensilvania, así que cuando anunció su retiro, sus alumnos decidieron hacerle un regalo muy especial.

La pintura que le encargaron a Eakins sobre la mastectomía que realizó Agnew en el anfiteatro médico, es de las mejores que llegó a hacer en toda su carrera y cuenta con un mensaje muy especial inscrito en el marco de la pintura que dice “ D. Hayes Agnew M. D. El cirujano más experimentado, el escritor y profesor más claro, el hombre más venerado y estimado” en latín.

El éxito y la facilidad que tuvo Eakins para realizar esta pintura – le tomó alrededor de tres meses realizar una obra tan conmovedora, detallada y con tan buena iluminación – se cree que se debe a que el pintor tuvo algo parecido a una práctica unos años antes en 1875, con su maravillosa obra de La clínica de Gross.

Esta obra consta de una clase que dio el doctor Samuel D. Gross para los estudiantes del Jefferson Medical College. Si bien la clase y el registro histórico de esta es relevante tanto para el arte como para la medicina, el valor sentimental que carga la pintura de Agnew la lleva un poco más lejos, aunque es seguro decir que ambas son extremadamente importantes en la producción artística de Eakins.

La inspiración para inmortalizar la labor de un gran profesionista no necesariamente tiene que ser encargada para que un artista intervenga con su obra, así como Goya apreciaba al doctor Arrieta, Iliá Repin también llegó a realizar una pintura con relación a la labor médica.

Repin fue un pintor ruso que se cataloga dentro del movimiento realista, pintaba sobre el pueblo y sus obras tenían a veces mensaje de denuncia social, tensiones con el orden social y profundidad psicológica. Una de sus obras más famosas es la de Iván el Terrible y su hijo (1885). Este artista no solo tenía una gran habilidad para representar la realidad del ser humano, también poseía un gran dominio técnico para la pintura con relación al color y el ambiente en cada obra.

En su obra El cirujano E. Pavlov en el quirófano (1888), Repin nos muestra la preparación que recibe el doctor Evgeny Vasilievich Pavlov antes de realizar una cirugía. Se posee muy poca información sobre la vida y carrera de este médico, sin embargo, considerando la historia de la carrera de Repin, existen teorías de que esta obra la realizó como muestra de admiración al doctor Pavlov. Este trabajaba en el Hospital Municipal Mariinskaya, un “hospital para pobres” por lo que es altamente probable que este no recibiera remuneración por su trabajo o bien, esta fuese mínima.

Se cree que este compromiso por salvar vidas fue lo que conmovió a Repin a realizar esta pintura, la cual podría ser oscura y sombría por haberse realizado en un hospital en el momento justo antes de una cirugía, pero lo que importa en esta brillante pintura de tonos claros, es la atención que es fácil de darle al doctor Pavlov mientras trabaja y lo venerable que se ve rodeado de otros trabajadores de la salud.

Como mencionamos al principio, el arte es altamente multidisciplinario, tanto en su estructura como en su contenido, se relaciona de formas que a veces ni podemos imaginarnos y en la historia del arte se inmortalizan tanto avances científicos, como sucesos conmovedores que exaltan acciones, vidas y períodos de la historia que hoy en día podemos conocer gracias a la pintura y otras disciplinas artísticas.

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