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Arte Asiático, parte V: Arte japonés (11,000 a. C – 1185)
Artículos | 27 ENE 2023 Por Valeria Correa

Dentro de nuestra extensa serie de arte asiático – la más grande que hemos publicado hasta ahora – por fin ha llegado el momento del arte japonés.

Primero, les queremos explicar como se va a dividir esta entrega, ya que serán 3 artículos del mismo tema, dos serán de la historia como tuvo el arte chino. Estos serán un recorrido cronológico como los anteriores e iremos de período en período compartiendo las características que conformaron el arte desde siglos antes de Cristo, hasta llegar a los principios del siglo XX. La tercera parte de este tema, abarcará algunos aspectos importantes del arte japonés como: los emakis – hablaremos de pinturas del Hyakki Yakko y el Choujuu Giga – , el Yamato-e, el Ukiyo-e y la caligrafía japonesa, entre otros.

A continuación les presentaremos una tabla con los periodos que veremos en este artículo y los años que abarcaron. Finalmente, les informamos que en estas entregas respetaremos el orden en el que se escriben los nombres en japonés, por ejemplo: Oda (Apellido) Nobunaga (Nombre).

Si tienes dudas sobre las influencias mencionadas en el artículo, aquí te dejamos la parte 1 y parte 2 de las entregas de arte chino y la entrega de arte coreano.

Joumon (11,000 – 250 a. De C.)

La duración concreta de este período sigue en debate para los estudiosos, algunos dicen que inició en el 14,500 a. De C y no alrededor del año 11,000. Por otra parte, también hay quienes sostienen que finalizó para el año 300 a. De C. En lugar del 250, pero para mantener su continuidad con el período siguiente, lo mantendremos como se mostró arriba.

El arte de este período es de carácter mesolítico, por lo que llegó a tener usos domésticos y ritualísticos. Joumon significa “marcado con cuerda” y esto también indica su principal característica. Se trata de vasijas, utensilios y figuras de cerámica, las cuales eran decoradas utilizando marcas de cuerda sobre su superficie antes de que secaran por completo.

Se considera que las vasijas de cerámica del Joumon son las más antiguas del mundo – hablando específicamente de las vasijas, ya que existen estatuillas como las Venus, que son más antiguas – además, no tiene influencias del mundo exterior y es exclusivamente japonesa. Ser antigua no necesariamente la hacía sencilla, ya que su decoración con cuerda tenía diversos diseños tanto orgánicos, como geométricos y utilizaron otros medios para su decoración como: piezas de bambú, madera, conchas o sus propias uñas, y la forma de las vasijas era muy creativa.

A parte de vasijas, también se crearon figuras antropomórficas – principalmente mujeres – y zoomórficas, pero con intenciones de representar la realidad de forma entendible, no necesariamente fiel. La cerámica de este período no fue cocida con horno, sino al aire libre, lo cual nos reitera la ausencia de influencias externas sobre el proceso de creación de esta.

Yayoi (250 a. De C. – 250 d. C.)

El nombre de este período le fue asignado por el lugar en el que fueron encontrados los primeros vestigios de este, es decir, Yayoi – el antiguo nombre de Tokyo.

Una característica muy importante de este período es que los japoneses establecieron sociedades agrícolas sedentarias y esto impactó en su desarrollo. Por ejemplo: no solo la cerámica tuvo diseños meditados, también se comenzó a trabajar la metalurgia y en ambos se vio el interés por su practicidad y estética.

Gracias al desarrollo de su sociedad, los rituales supersticiosos se volvieron asuntos más religiosos como tal y se vieron los primeros pasos del sintoísmo. Esto dio lugar a la necesidad de elaborar objetos destinados a sus ceremonias, como campanas, espejos y otros artefactos de bronce que también estuvieron dotadas de labor en pro de su utilidad y gracia.

Kofun (250 – 552)

El período Kofun es parte de un conjunto que se le denomina Yamato, este se conforma también por los períodos Yayoi y Asuka (552 – 710). Las manifestaciones artísticas durante el Kofun fueron las últimas en Japón antes de la llegada del budismo.

El término Kofun se refiere a túmulos funerarios, los cuales fueron la principal manifestación arquitectónica de este período. Estas construcciones fueron megalíticas y estaban destinadas a ser tumbas para personas importantes y de alto rango. La forma de los Kofun podía variar entre círculos, rectángulos, cuadrados y la forma del ojo de una cerradura.

Al principio, estas tumbas eran relativamente sencillas, pero con el tiempo se fueron añadiendo armas, espejos y otros artículos personales de los difuntos. En el exterior de la tumba también se añadieron elementos como los Haniwa – anillos de arcilla – que eran cilindros de arcilla que se ponían como anillos en los túmulos de tierra para evitar que esta se moviera, pero con el paso del tiempo dejaron de ser cilindros sencillos y comenzaron a ser figuras de arcilla con la misma función, pero que representaban algo relacionado con el difunto. Algunas figuras frecuentes que tuvieron los Haniwa fueron: sacerdotisas, guerreros, madres y animales sagrados como el caballo, entre otros.

Fuera de los Haniwa, la cerámica tuvo unos cambios interesantes. Se produjo un tipo de cerámica de acabado gris azulado, esta tenía influencias de la cerámica que se hacía en Corea durante el período de Los Tres Reinos y se le denominó como Sueki. La técnica que se empleaba en su creación era más avanzada que la de los períodos anteriores empleados en Japón, también es la primera a la que se le aplicó esmalte y se convirtió en la predecesora más importante para las técnicas de cerámica que utilizaría el país en el futuro.

Asuka (552 – 710)

El budismo no solo entró a Japón en este período, también ya predominaba culturalmente y por lo tanto, marcó las manifestaciones artísticas que se desarrollaron durante Asuka.

La principal manifestación arquitectónica de este período fueron los templos budistas, estos tenían influencias coreanas y se construyeron varios en un tiempo relativamente corto. Entre los templos levantados en este período se encuentran: Hoki-ji, Asuka Tera – primer monasterio budista en Japón – y Hooryuu-ji, por mencionar algunos. Sin embargo, para la segunda mitad del período – año 622 – falleció el príncipe Shoutoku, quien fue la principal figura de impulso al budismo y la edificación de templos para este.

Su sucesor, el príncipe Kotoku, tuvo un gran papel en el cambio cultural que tuvo Japón en pleno período Asuka, ya que se le consideró un descendiente de Amaterasu – la diosa del sol. Esto creó un puente entre el budismo y el sintoísmo en el país, el cual significó una aceptación exitosa de las dos religiones, casi por igual. Esta práctica de nombrarse descendientes de una deidad sintoísta ya había sido utilizada por otros funcionarios para tener su rango político y era una práctica que funcionaba.

El budismo continuó como principal impulso para el arte y gracias a eso apareció el Estilo Tori – no confundir con los arcos Torii – utilizado principalmente en las esculturas que ocupaban los templos y se caracterizó por tener influencias de la escultura del reino coreano Baekje. Algunos ejemplos son el Buda Sakyamuni y la Tríada Shaka, esta ultima perteneciente al Houryuu-ji.

Nara (710 – 794)

La capital de Japón fue traslada a Nara en el año 710 y esto marcó el inicio de este período, el cual concluyó de la misma forma, con un posterior traslado de la capital a Heian-kyou. Parte de los planes para trasladar la capital literalmente constó en trasladar el templo Yakushi-ji. Este fue vaciado, desmantelado y reubicado junto con sus esculturas en la nueva capital.

La religión seguía dividida entre sintoísmo y budismo, pero estaba más marcada la diferencia por estratos sociales; ya que la realeza, los funcionarios políticos y otras familias importantes eran primordialmente budistas, mientras que el sintoísmo era más popular.

En el arte, hubieron ciertas influencias chinas pertenecientes a la dinastía Tang, principalmente en la pintura y la escultura. Por su parte, la pintura no solo se acercó al estilo Tang, también se dedicó a los mismos temas; mientas que la escultura se vio bañada en la ostentosidad.

La edificación de templos, su decoración y la gran producción tanto de artesanías como de esculturas, comprometieron la economía del gobierno. Como consecuencia, este tuvo que dar un cambio que afectó al arte, obligando a las manifestaciones artísticas Nara a volverse austeras.

Heian (794 – 1185)

El arte Heian no destaca por ostentoso como el Nara, pero este período es considerado uno de los más importantes en la historia de Japón, ya que desaparecen las influencias chinas en el arte y surge una verdadera expresión completamente nacional: el Yamato-e. También se caracteriza por el cambio de capital, yendo de Nara a Heian-kyou, actual Kyoto.

El Yamato-e fue principalmente una manifestación pictórica, pero ya hablaremos un poco más a fondo de este la tercera entrega de arte japonés. Los cambios en la escultura no fueron destacables, pero sí significativos, puesto que pasó de ser idealista a naturalista – imitaba la realidad de forma fiel – hubo más obras dedicadas al sintoísmo (como la Puerta de Rashoumon) y se empezaron ver las primeras puertas Torii en el mar.

No obstante, los monjes budistas lograron tener puestos importantes en el gobierno e influyeron fuertemente en la edificación de templos y monasterios. Como estos monjes eran de carácter ascético, varios de estos monasterios fueron edificados en las montañas, con la finalidad de llevar vidas de reflexión y lejos de las distracciones mundanas. Uno de los mejores ejemplos de arquitectura de este período es el Monasterio Toji en Kyoto.

Como podemos ver, varios períodos se vieron marcados por la presencia de dos religiones y las diversas manifestaciones que cada uno inspiraba. A su vez, las influencias en Japón fueron variando tanto como los flujos entre el budismo y el sintoísmo, pasando por períodos en los que recibieron o transformaron estilos chinos y coreanos; así como momentos en los que su arte era exclusivamente nacional.

Aún nos queda mucho por compartir sobre el arte japonés y en la próxima entrega veremos al sintoísmo tomar un poco más de importancia, la apertura de Japón a relaciones con occidente y con esto, la llegada del cristianismo al país.


Fuentes: iHistoriarte. Historia del arte – arte en el continente asiático.

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